Este método lleva el nombre de su creador, el maestro B.K.S Iyengar originario de la India. Centra su atención en la importancia de la corrección del alineamiento del cuerpo en la postura (asana), ya que esto favorece la circulación, crea un mayor espacio interno y aporta un equilibrado flujo de energía. Este trabajo no busca solamente una correcta ejecución de la postura sino que el desarrollo de la conciencia de nuestro propio cuerpo, lo que más tarde se verá reflejado en todos los aspectos de nuestra vida.
Con la práctica se descubre la diferencia entre acción y movimiento. Al inicio, como principiantes, nuestra atención se centra en el exterior del cuerpo, con el tiempo aprendemos a usar todo tipo de percepción para llegar a sentir también todo lo que sucede al interior de nuestro cuerpo, y entonces somos capaces de crear un estiramiento interno, un movimiento que es imperceptible para un observador, pero que agranda la inteligencia de nuestras posturas. Este proceso se define como acción.
Otra característica de este método es el uso de implementos como cojines, mantas, cinturones, etc., con el objetivo de permitir la entrada correcta y progresiva a determinadas posturas. Especialmente en los primeros niveles de práctica no todos los alumnos poseen el conocimiento y habilidad suficientes para adoptar y mantener las posturas con la precisión necesarias para obtener todos los beneficios de las mismas.