martes, 8 de noviembre de 2011

Música y corporalidad ...


La interpretación musical involucra la totalidad del intérprete: tanto en lo físico, su cuerpo, como en su dimensión mental o espiritual, sus emociones.
La dicotomía cuerpo-mente existente en la cultura occidental con su posterior negación de la corporalidad, ha generado una postergación y una inconsciencia con respecto a nuestro cuerpo.

El tema de las enfermedades de los músicos profesionales cala tan profundo en sus carreras que muchos han tenido que dejarlas debido a que su cuerpo, atrofiado por un uso poco natural (posturas incómodas y movimientos de ejecución repetitiva que generan fatiga muscular) y por el intenso trabajo físico que la disciplina requiere, no resiste y colapsa manifestándose en dolorosas enfermedades que afectan al intérprete en su totalidad, tanto física como psicológicamente.

Técnicas como la Alexander, la Eutonía, el método Feldenkrais, el Rolfing, entre otros, son utilizados por algunos músicos y otros artistas para mejorar o prevenir disfunciones relativas a un mal uso de sus cuerpos. No obstante, la incorporación de aquellos métodos y técnicas en la práctica suele realizarse demasiado tarde, una vez que ya han sido afectados por el problema. La muy temida “tendinitis” es motivo de constantes consultas médicas y kinesiológicas entre los músicos profesionales, algo que pudiese haberse evitado perfectamente si en las respectivas cátedras del instrumento se incluyera un programa de educación corporal, de modo de transmitirles a los alumnos la importancia de un correcto uso de su físico y por tanto de sí mismos.

Este escrito tiene por motivo valorar la importancia de recuperar el cuerpo como instrumento, tomar conciencia de sí mismo como un ser encarnado en cuerpo y por tanto aprender a escucharlo y cuidarlo con la importancia que se merece.

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